El objeto cotidiano y convencional deviene objeto extra-cotidiano y extra-ordinario a través del juego.
Luego recordamos las acciones que hemos inventado con el objeto, se las explicamos a los otros y junto con sus movimientos montamos pequeñas coreografías.
El montaje es posible porque negociamos abiertos a los otros y explicamos lo que queremos conseguir mediante la acción: mostramos, bocetamos, ensayamos,...
domingo, 2 de diciembre de 2007
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